EXFOLIACIÓN FACIAL Rutina de limpieza para un rostro libre de impurezas
Brillo, textura y firmeza, todo en la piel mejora cuando ésta se exfolia correctamente.
Es cierto que en una tez limpia, sin exceso de grasa, células muertas ni residuos en los poros, cualquier tratamiento se absorberá mejor, haciendo que tu rutina antiedad sea más efectiva
1. Descubre tu tipo de piel.
Los distintos cutis reaccionan de manera diferente a la hora de llevar a cabo una exfoliación. Las personas propensas a los brotes de acné tienen que limitar ésta a una vez por semana y nunca hacerlo sobre las imperfecciones.
Para aquellas con una dermis de mayor sensibilidad deben probar siempre el tratamiento en una zona pequeña antes de aventurarse en su rostro completo, esto con el fin de detectar cualquier efecto secundario no deseado
Para aquellas con una dermis de mayor sensibilidad deben probar siempre el tratamiento en una zona pequeña antes de aventurarse en su rostro completo, esto con el fin de detectar cualquier efecto secundario no deseado
2. Una vez por semana.
Aunque el nombre ‘exfoliantes químicos’ puede sonar extremo, éstos son ingredientes naturales formulados para que actúen en las capas interiores de la dermis. El más común es el ácido glicólico, el cual aplicado de noche es muy efectivo, pero debe usarse con precaución si es uno de altas concentraciones.
3. Para el día a día.
Para una exfoliación cotidiana apuesta por los físicos. Son aquellos en los que el grano de acción es perceptible a la vista, que eliminan las célulass muertas por fricción y que suelen ser menos abrasivos. Aquí la recomendaciónn es emplearlos hasta tres días por semana y hacerlo con un suave masaje, y lo más sencillo es incorporar este ritual al momento de la ducha.
4. No olvides hidratarte
Cualquier tratamiento para la piel tiene una penetración más fácil justo después de la exfoliación, lo que hace que su acción sea más poderosa, por eso después de realizarla es el momento perfecto para aplicar los aceites, serums y tratamientos